Las fiestas de Santiago y Zaraíche 2017 han sido un éxito inolvidable. Algunas claves; la juventud y motivación de la Comisión, la amistad de los miembros del grupo, el liderazgo de su presidente, la capacidad de trabajo de todos, y la colaboración municipal.
En
términos generales, el posicionamiento fundamental de Cambiemos Murcia en
Santiago y Zaraíche cuando nos presentamos en las elecciones de 2015 fue el de recuperar el pueblo para sus
vecinos, los nuevos y los de siempre, ya que el planteamiento de desarrollo
urbano de Murcia había convertido nuestra pedanía en un barrio periférico sin
identidad ni cultura, dividido por grandes avenidas, sin rastro apenas de
huerta, y que además había expulsado a las últimas generaciones que hasta los
años 2000 habían vivido aquí. Por lo tanto, fomentar la participación vecinal
en la vida pública es prioritario, y para ello las fiestas son una gran
oportunidad, un espacio de reencuentros, y recuperar una Comisión de Fiestas es
la herramienta indispensable para conseguir crear ese espacio de celebración
para todos los vecinos y vecinas. De ahí que en las fiestas de 2016 le
ofreciera a Ginés Gracia que comandara el ingente reto de recuperar y
actualizar las fiestas. A día de hoy mantengo, y todos estamos de acuerdo, en
que fue un acierto, y por ello le doy mi agradecimiento público por su
esfuerzo y su entrega.
Una
vez que ya las fiestas han concluido podemos tomar dos actitudes: La de
practicar el deporte nacional y ponernos a criticar los errores cometidos; o la
de analizar el acontecimiento de una manera global, con sus aciertos y sus
errores. De momento, la realidad inmediata que nos dejan estas Fiestas 2017, y
por lo que hemos de alegrarnos, ha sido que de haber unas fiestas separadas y
minoritarias se ha pasado a unas fiestas unidas y multitudinarias, de no haber
Comisión de Fiestas se ha pasado a una comisión de trece personas que han
trabajado día a día durante diez meses, otra realidad es que casi la cuarta
parte del presupuesto ha salido de colaboraciones vecinales y empresariales,
que con el dinero público de cuatro días de fiestas el pasado año se han hecho
nueve días para todos los públicos, y con una calidad más que aceptable; que de
una Junta Municipal roñosa, de amiguetes y puertas cerradas se ha pasado a una
Junta financiadora y colaboradora; y además, lo que para mí es más importante,
las actividades se han cambiado de fechas obviando el santoral y se han
repartido las por todo el pueblo, decisión que sin duda ha beneficiado a
vecinos y comercios locales, e incluso ha mejorado la participación de los
feligreses en los actos religiosos. Por lo tanto, estas fiestas no han sido más
de lo mismo. Estas fiestas han sido las mejores que se recuerdan en Santiago y
Zaraíche, y esto no habría sido posible sin el acuerdo y la voluntad de cambio
de todos los agentes implicados.
Reflexionando
sobre lo que se puede mejorar, y empezando por uno mismo, lo cierto es que pese
al éxito de las fiestas, a nivel personal han sido meses difíciles porque he
experimentado en primera persona lo que intuía al principio de todo, lo que, en
mi opinión, es una contradicción; ser vocal de la Junta Municipal y mayordomo
de la Comisión de Fiestas al mismo tiempo. Lo primero con lo que no estoy
satisfecho es con el hecho de apenas haber podido avanzar en otros temas del acuerdo
de gobierno al margen de las fiestas (al menos aquí el alcalde Ballesta,
egoístamente, nos ha echado una mano al dejarnos sin presupuestos durante tantos
meses). En segundo lugar, mi implicación en la comisión tampoco ha podido ser
al 100% en todos los actos y eventos. Por eso, ahora, lo que toca es
reflexionar y reformular las fiestas del próximo año para que sean igual de
exitosas, pero con un sistema de funcionamiento diferente en las relaciones entre
la Comisión de Fiestas y la Junta Municipal. Tras la experiencia de este año se
me ocurren algunas propuestas de mejora más, pero todas se resumen en que la
información entre la Junta Municipal y la Comisión de Fiestas debe fluir mejor desde
el principio. Y esta última debe ser y funcionar totalmente independiente, para
ello, los mayordomos deben ser mayordomos y los vocales debemos ser vocales, y así
cada uno desde su responsabilidad darlo todo por la pedanía.
Juan Carlos
Alcolea.
Vocal del
grupo municipal Cambiemos Murcia en la JM de Santiago y Zaraíche.